Ni en los peores pronósticos

Jennifer Connelly y Keanu Reeves en 'El día que la tierra se detuvo'
La película es tan, tan mala que no es fácil elegir por dónde empezar. Uno no sabe si ensañarse con la habitual impavidez de Keanu Reeves, arremeter contra la escasa pericia del director Scott Derrickson para sostener cierta intensidad dramática o apuntar contra el guionista David Scarpa por escribir algunas de las escenas más candorosamente estúpidas de los últimos años. Es que la remake de El día que la Tierra se detuvo no confirmó los peores pronósticos: los superó con creces.

Afiche de 'El día que la tierra se detuvo'
EL DIA QUE LA TIERRA SE DETUVO (2008)
Título original: The Day the Earth Stood Still. Fecha de estreno: en Estados Unidos, 12 de diciembre; en Argentina, 1° de enero de 2009. País: Estados Unidos. Duración: 103 minutos. Dirección: Scott Derrickson. Producción: Paul Harris Boardman, Gregory Goodman, Erwin Stoff. Guión: David Scarpa y Edmund H. North (versión de 1951). Fotografía: David Tattersall. Edición: Wayne Wahrman. Música original: Tyler Bates. Elenco: Keanu Reeves (Klaatu), Jennifer Connelly (Helen Benson), Kathy Bates (Regina Jackson), Jaden Smith (Jacob Benson), John Cleese (Profesor Barnhardt).

No vale la pena extenderse en comparaciones con la versión original de 1951, estrenada en Argentina como El día que paralizaron la Tierra. La idea central es la misma: un extraterrestre, Klaatu, llega a la Tierra para alertar sobre un problema. Antes era la carrera armamentista, ahora el maltrato al Planeta, cambio climático y demás. A partir de ahí la película de Robert Wise supo aprovechar la paranoia anticomunista: él estaba aquí, se movía entre nosotros y hasta parecía uno más, pero traía extrañas ideas del exterior.

Ahora las cosas son distintas. "Si la Tierra muere, ustedes mueren; si ustedes mueren, la Tierra sobrevivirá", es el mensaje, tan simplista como peligroso, que trae el nuevo Klaatu. Un ecologismo berreta que debería escandalizar hasta a los más fervientes defensores de la ballena azul. El extraterrestre hace un vago intento por comunicarse con los líderes mundiales, y ante la hostilidad del ejercito estadounidense lanza, sin que media advertencia alguna, el feroz ataque para que la Tierra sobreviva.

Después de un comienzo sin brillo, previsible pero de todos modos algo alentador, la película se torna notablemente chata y aburrida. Klaatu (Reeves) es todopoderoso pero sólo cuando al caprichoso guión se le ocurre; los militares, encabezados por la halcón Regina Jackson (Kathy Bates), son imbéciles a más no poder; el científico ganador de un Nobel (John Cleese) maneja una filosofía que avergonzaría a Jorge Bucay; Helen Benson (Jennifer Connelly), la única que de entrada comprende al alienígena, es tan open mind que se casó con un negro. Y así... No hay una sola escena que valga la pena, un solo clima que genere algo distinto al tedio en el espectador. Los efectos visuales, materia en la que Hollywood no suele pifiar, parecen excesivamente digitalizados y tampoco resultan atractivos.

La llegada de los extraterrestres a Nueva York en 'El día que la tierra se detuvo'
Hay algo destacable, sí, aunque no elogioso. Porque cuando parece que El día que la Tierra se detuvo no puede caer más bajo el dúo Derrickson-Scarpa se empeña en demostrar lo contrario. Con el fulminante ataque final ya lanzado, Klaatu presencia el momento en que el hijo del fallecido esposo de Helen la acepta como mamá. Allí advierte, tierno y compasivo, que la gente es buena y puede cambiar, y decide dar marcha atrás con la eliminación de la raza humana. En una película fría, sin intensidad dramática, para generar algo de emoción apelan a la canallada de poner a llorar a un pibe frente a cámara y encima hacerle un primer plano. De cuarta.

Reeves está tan inexpresivo como siempre pero ya no tiene sentido caerle encima, sobre todo cuando tiene la excusa de interpretar a un ser de otro planeta que se disfraza de humano. Dos actores con oficio como Bates y Cleese parecen en piloto automático, y del insoportable hijo de Will Smith mejor no hablar. Connelly, la única que transpira un poco la camiseta, pelea sin suerte contra un guión por momentos ridículo. Tal vez por eso esta vez no fue tan difícil enojarse. ■

15 comentarios:

  1. buena m!
    nota: he tratado, en serio, he tratado!

    ResponderEliminar
  2. Realmente por lo que comentas, la película no deja demasiadas esperanzas, y al parecer ni siquiera la bellisima Jennifer Connelly logra salvar esta adaptación.

    Es una pena, ya que esta producción, en la previa prometía mucho, especialmente tratándose de uno de los grandes clásicos de la ciencia ficción de todos los tiempos.

    Muchas gracias por los comentarios.

    Un gran saludo y feliz comienzo de año.

    http://masquepalabraselblog.blogspot.com

    ResponderEliminar
  3. Buenas. Primero, me encanta tu blog. Ya lo tengo agendado para pasar regularmente. Te felicito.
    Y de esta peli no esperaba nada. No, miento. Esperaba lo que comentaste. Que sea una cagada. Ya con verlo al fiambre de Keanu en los avances me bastó.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Hay algo que no me quedó claro: recomendarías la peli? Uf! saludos ref

    ResponderEliminar
  5. Un pibe llorando frente a cámara, en primer plano... ¡y en un cementerio frente a la tumba del padre! Mucho, ¿no? Y se veía venir que toda esa escena era el punto de inflexión para que Keanu decidiera detener la plaga de langostas digitales al reconocer en ese llanto lo "especial" de la especie humana. Snif... ¿Es la primera película de la era Obama?

    ResponderEliminar
  6. Martín. No entiendo tu comentario, pero de todos modos gracias por pasar.

    Bender. Yo no esperaba mucho, pero la película me dio menos aún. No es que la original sea una obra maestra, pero era inteligente, lo suficientemente ambigua y sabía aprovechar el contexto.

    Damian. Gracias. Lo único que me llevó al cine para ver este bodoque insufrible fue Jennifer. Pero no se si valió la pena.

    Ref. Le recomiendo que vaya a verla. A menos que tenga que quedarse a separar la ropa blanca de la de color.

    Hernán. Demasiado, tal cual. Ojalá sea la última de la era Bush, pero no soy tan optimista.

    Gracias a todos los por comentarios.

    Saludos

    ResponderEliminar
  7. Habría que preguntarse si hacía falta realizar un remake tan inutil. Enhorabuena por el blog

    ResponderEliminar
  8. ¿Y alguien esperaba algo bueno de esta película?
    Nadie notó que desde hace unos años, digamos 20, no ha salido nada realmente bueno que merezca la pena? (salvo algunas contadas excepciones, claro)

    Saludos

    ResponderEliminar
  9. Vivir Rodando. Yo creo que no hacía falta. Pero supongo que comercialmente valió la pena.

    Dragón. No esperaba demasiado, como había escrito en un post anterior. Y creo que en los últimos 20 años han salido unas cuantas cosas que valen la pena, bastante más que contadas excepciones.

    Saludos

    ResponderEliminar
  10. Bueno, llegué tarde. Muy linda crítica. No laví, la vería si siguiera existiendo el e lectric pero feneció. Eso sí, la Conneylly no es tan buena... por dió, bernardo... Si hasta Cleese está mal y, encima, no hacen pelota la tierra... Nada que ver

    ResponderEliminar
  11. Essto sí es mediocre...

    ResponderEliminar
  12. No te enojes, Jordim, que una de las cosas buenas que tiene el cine es que permite la divergencia de miradas. Sobre Wall-E, te recomiendo este artículo del blog Plano Cenital.

    Saludos

    ResponderEliminar
  13. Es un articulo interesante. Yo de todas maneras de Wall-e aconsejo un segundo visionado con el tiempo, alejado de las críticas y los halagos y las comparaciones. Por otro lado, se puede poner a caldo a casi cualquier película con un análisis lo suficientemente profundo, cosa que, según la peli, ni tan siquiera viene a cuento. Creo que Wall-e cosigue ser exactamente lo que pretendía, cine de animación de calidad, posmoderno y con algunos momentos brillantes.

    ResponderEliminar