El fascinante imperio de Lynch

La sitcom de los conejos de Imperio
Héctor Gavira comentó en su blog parte de la obra de David Lynch (acá y acá) y subrayó, entre otras cuestiones, su pericia para crear climas. En Carretera perdida (Lost Highway, 1997) y El camino de los sueños (Mulholland Dr., 2001), películas entreveradas con las corroboró la fama de director hermético y de culto, Lynch se vale de recursos más bien clásicos para generar situaciones de tensión, inquietantes. La música, los sonidos, los silencios, las presencias y las ausencias, herramientas clásicas del cine, forman parte del repertorio al que suele echar mano. Aunque la obra en su totalidad pueda parecer incongruente, no se trata de cine experimental, de una sucesión de imágenes y sonidos sin sentido aparente. La historia es más o menos lineal hasta que se produce un quiebre (o varios) que desorienta.

Afiche de Imperio
IMPERIO (2006)
Título original: Inland Empire. Fecha de estreno: en Estados Unidos, 6 de diciembre; en Argentina, 13 de septiembre de 2007. País: Estados Unidos, Francia, Polonia. Duración: 180 minutos. Dirección: David Lynch. Producción: David Lynch, Mary Sweeney, Jeremy Alter, Laura Dern. Guión: David Lynch. Fotografía: David Lynch. Montaje: David Lynch. Música: Michael Brook. Música: David Lynch, Krzysztof Penderecki. Elenco: Laura Dern (Nikki Grace / Susan Blue), Jeremy Irons (Kingsley Stewart), Justin Theroux (Devon Berk / Billy Side), Harry Dean Stanton (Freddie Howard), Jordan Ladd (Terri), Julia Ormond (Doris Side).

En aquella dos películas hay, también, una particular atención por lo visual. Lynch es un director pulcro, que cuida la imagen. La fotografía y la iluminación colaboran en la creación de ambientes tan densos como agradables. Algo similar ocurre con la música de Angelo Badalamenti.

Imperio (Inland Empire, 2006) mantiene algunas de estas características y se deshace de otras. Filmada durante más de tres años entre Los Angeles y Polonia, construida de manera poco ortodoxa, con un guión que se fue escribiendo al andar, sin que nadie tuviera demasiadas precisiones sobre lo que estaba haciendo, la película muestra un Lynch exacerbado al paroxismo.

Aquí no hay refinamiento visual ni sonoro. Lynch filmó en digital con una Sony PD-150, modelo casi obsoleto que se ofrece en eBay por menos de mil dólares, lo que produce una textura rugosa, incómoda, por momentos similar a la de una filmación casera. Tampoco está Badalamenti: el propio Lynch se encargó de la música.

La sensación general, casi unánime al abandonar la sala es que no se entendió nada. Los más obsesivos habrá corrido hacia la PC en búsqueda de esas respuestas tan dudosas como categóricas que ofrecen decenas de sitios de internet. Otros, si se quedaron hasta el final de la proyección, probablemente hayan borrado casi de inmediato la película de su cabeza.

Aquí la cuestión debería pasar por otro lado. ¿Es necesario entender una obra de arte (porque Imperio lo es, en la acepción más profunda y tradicional del término)? Más que comprender hay que disfrutar. Relajarse, quitarse los prejuicios de encima y dejarse llevar por una continuidad de imágenes sin aparente sentido que sucesivas revisiones irán ayudando a desentrañar. Tampoco tiene demasiado sentido arriesgar interpretaciones. Como escribió Susan Sontag, "la efusión de interpretaciones del arte envenena hoy nuestras sensibilidades".

Es que Imperio puede ser vista tanto como la historia de una mujer que siente que ningún lugar es seguro como la de una película maldita que termina abusando de sus personajes. Film de largo aliento, por momentos es fascinante y en otros, tedioso. Tan ambiguo que de a ratos cuesta entrarle. Deshorienta, algo que podía preverse, pero también incomoda. Entre el placer y el suplicio, Lynch ya no juega con los límites sino que deliberadamente los ignora.

Laura Dern en una escena de Imperio
Y hasta aquí no hubo ni una sola línea sobre el argumento. Es que resulta difícil establecer una síntesis sin caer en un texto de gacetilla de prensa. Se podría decir -esto es parcial y harto discutible- que Laura Dern (interprete valiente y de una belleza inoxidable) es Nikki Grace, reconocida actriz que pretende un anhelado papel. Horas antes de conseguirlo recibe la perturbadora visita de una vecina (Grace Zabriskie) que advierte acerca de supuestos maleficios que caen sobre la película. Poco antes de comenzar el rodaje, Nikki y su compañero de elenco (Justin Theroux, el director de cine en El camino de los sueños) se enteran de que la historia se quiso filmar antes pero no se terminó porque los actores fueron misteriosamente asesinados.

El primer tercio de Imperio se mueve por carriles más o menos convencionales. Pero Nikki pasa a ser Grace y a medida que la película avanza se torna más difícil diferenciarlas. Es allí cuando los espectadores comienzan a hablar y las señoras gordas, esas que se pintan los labios y se ponen un tapado de piel para ir al cine, abandonan la sala. Que se jodan. Más allá de lo ciclotímico de la experiencia, Imperio es una acontecimiento que ningún amante del cine (y esto es una verdad que pondría colorado al mismísimo Perogrullo) debería dejar pasar. ■

> Actualización. Esta entrada fue parcialmente revisada en una fe de erratas posterior.

8 comentarios:

  1. Muy cierto!
    Basta de hermenéuticas, eroticémonos con el arte.
    Saludos.

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  2. Cierto que cuesta trabajo entender a Lynch, pero más olvidar escenas, como esa de las personas con cara de animales.

    A mi parece fascinante. Y más el no tener que entenderle.

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  3. Totalmente de acuerdo, Carlos: es más difícil olvidar esas escenas que entenderlas. Debe ser porque esto último no es tan necesario.

    Saludos

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  4. avisanos donde conseguis la pd 150 a mil dolares ..la verdad que tenes que informarte un poquito mas ..ademas no importa el soporte ..sino lo que se narra..fue una desicion estetica y punto..por eso estan los que se dedican a escribir en un medio ... a criticar una obra ...sin haber pisado jamas un set..nio rodado un misero corto..

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  5. yo creo que para opinar sobre esta pelicula te falta mucho estudio...es obvio que no entendiste nada y que lo metaforico no es lo tuyo.Tampoco tenes complejidad ni diferentes capas a la hora de ver una pelicula...mira mejor las de accion que son rapidas y faciles.El arte por ahino te interesa

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  6. Hola.. Soy Sebastian.
    Acabo de ver el filme, y justamente acabo de hacer lo que el articulo anticipaba: ante la confusion buscar alguna propuesta de sentido, alguna lectura sobre el filme, quiza por la angustia y la sensación de vacío que la película me dejó.. Y cuando digo sensación de vacío no lo hago de forma despectiva, sino muy por el contrario, es un vacío que el filme ha sabido producir. Realmente la película sabe jugar con los límites entre la fascinacion por la imagen y el tedio.
    Es interesante tu nota, pero no me convence aquella postura hedonista del arte por el arte, esa especie de "dejarse cautivar" por la obra y no pensarla.. Creo que esa es la salida facil, que anula la relación crítica que el espectador pueda tener con la obra.
    Hacer justicia a una obra como esta es pensarla. Lynch deconstruye el sentido, lo desarma, lo desarticula, y allí debemos estar nosotros haciendo justicia, arrojando luz sobre la obra, intentando establecer una propuesta de sentido, como postura ética - estética e ideológica.
    Interpretar la obra no necesariamente es cerrarla en un sentido unívoco, sino que es construirle una voz basada en el diálogo que como espectadores podamos tener con la obra.
    Ese nihilismo hedonista posmoderno de "dejemosnos cautivar por la imagen, sin prejuicios, bla bla bla" es una versión snob (y masoquista, porque quien dice eso dificilmente haya entablado un vinculo con la obra) de las gordas con tapado que se retiran de la sala.
    Igualmente agradezco por la nota, es un buen disparador para empezar a pensar el filme desde este momento.. No pienso olvidarlo, haré justicia por el filme y trataré de digerirlo en la semana, masticarlo, pensarlo.
    Ese es el máximo reconocimiento que se puede hacer a esta maravillosa obra.

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  7. Ante tu pregunta ¿es necesario entender una obra de arte? La respuesta es SI, siempre...
    Entender una obra es darle una voz, y un microfono para que pueda transmitir su verdad al mundo.
    Es una voz que funde al espectador con la obra en un grito abierto.

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  8. Hola, Sebastián.

    En el artículo (escrito al calor de la fascinante desorientación que me produjo la película la primera -y única hasta ahora- vez que la vi) sostengo: "Más que comprender hay que disfrutar. Relajarse, quitarse los prejuicios de encima y dejarse llevar por una continuidad de imágenes sin aparente sentido que sucesivas revisiones irán ayudando a desentrañar. Tampoco tiene demasiado sentido arriesgar interpretaciones. Como escribió Susan Sontag, 'la efusión de interpretaciones del arte envenena hoy nuestras sensibilidades". Y la actualización al pie lleva a un post posterior en el que reviso algunas cuestiones y vuelvo a citar a Sontag: "Apelar a una 'erótica del arte' no significa menospreciar el papel del intelecto crítico".

    Creo que en el fondo estamos bastante de acuerdo.

    Saludos

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