Crímenes insípidos

John Hurt, Leonor Watling y Elijah Wood en 'Los crímenes de Oxford'
Las críticas de casi todos los diarios compararon la última película de Alex de la Iglesia con la novela en la que se basa, algo que no suele ser tan frecuente. Este caso es, sin dudas, tentador: el libro en cuestión, Crímenes imperceptibles, no sólo es de un autor argentino (Guillermo Martínez) sino que además tuvo bastante éxito acá, Premio Planeta incluido. Pero un film es una obra en sí mismo, más allá de su procedencia, y debería ser analizado como tal. Se puede decir (a muy grandes rasgos y para no entrar en contradicción con lo antepuesto) que Los crímenes de Oxford mantiene el ambiente anacrónico de la novela pero que cuando mete mano -algo inherente a toda adaptación- suele pifiarla.

Afiche de 'Los crímenes de Oxford'
LOS CRIMENES DE OXFORD (2008)
Título original: The Oxford Murders. Fecha de estreno: en España, 8 de enero; en Argentina, 8 de mayo. País: España/Francia. Duración: 107 minutos. Dirección: Alex de la Iglesia. Producción: Mariela Besuievski, Gerardo Herrero, Alex de la Iglesia, Elena Manrique. Guión: Jorge Guerricaechevarría y Alex de la Iglesia, según una novela de Guillermo Martínez. Fotografía: Kiko de la Rica. Montaje: Alejandro Lázaro y Cristina Pastor. Música: Roque Baños. Elenco: Elijah Wood (Martin), John Hurt (Arthur Seldom), Leonor Watling (Lorna), Julie Cox (Beth).

Martin es un estudiante norteamericano que llega a Inglaterra para realizar un doctorado. Pero su motivación más fuerte es conseguir que Arthur Seldom, un reconocido matemático, se convierta en su tutor. Luego de un desencuentro inicial los une el asesinato de una anciana, aparentemente perpetrado por un asesino que deja acertijos matemáticos. Los crímenes y las pistas se suceden. Todos los personajes pasan a ser posibles culpables y la película va tirando pistas para que el espectador intente, junto a los protagonistas, develar el misterio.

Todo esto se narra de una forma convencional, más que compleja confusa, con largos y aburridos parlamentos, algún alardeo innecesario (el artificioso plano secuencia de los primeros minutos) y ningún interés por arriesgar o, menos aún, innovar. Lo que redunda en una película solemne y sin sustancia, donde las muertes no conmueven y apenas funcionan como eslabones de un enigma lógico. La mano de De la Iglesia, director que sin lograr grandes films supo ser generoso en ideas, apenas se nota en alguna efímera y marginal pincelada de humor negro.

Las interpretaciones tampoco colaboran. Aunque Elijah Wood está correcto, John Hurt no se preocupa ni un poquito por transpirar la camiseta y su participación nunca se despega del piloto automático. Los personajes secundarios se aproximan con demasiada frecuencia al estereotipo. La española Leonor Watling, más rellenita que de costumbre, es la única que aporta un poco de color a una película desapasionada e insípida. ■

5 comentarios:

  1. Ya el anticipo de Los crímenes de Oxford resultaba insulso. Por lo menos cuando lo vi, no pude reconocer "la mano" de Alex de la Iglesia que -retomando lo que bien señalás- es un director ocurrente (aunque no haya filmado grandes películas).

    Después de leer tu reseña, supongo que éste es uno de esos casos donde el trailer realmente anuncia lo que vendrá. Consideraré entonces la propuesta para mirarla en DVD o cuando la pasen por TV, a menos que encuentre algún título más interesante. :)
    Un saludo, Andrés.

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  2. Es que la historia no es demasiado interesante -algo que viene del libro, bastante sobrevalorado- y la forma en que está contada la empeora.

    Recuerdo Acción mutante: una historia medio pelo pero con escenas gloriosas, como cuando cuelgan a los siameses, uno de ellos muerto y embalsamado. De eso acá no hay nada.

    Saludos

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  3. Pues a mi me gustó mucho la verdad, es dificil narrar una historia tan compleja sin caer en el ridículo. Es cierto que Alex deja de lado su estilo habitual, pero yo creo que los artesanos también valen la pena, quizás me tira mucho mi simpatía por él, pero vamos, yo ya firmaría que los filmes de encargo fueran todos como este.
    Saludos!

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  4. ¿Por qué lo de "anacrónico"? En la película hay referencias claras a una época (que creo que coincide con el momento en que Martínez estuvo en Oxford), pero no sé a qué te estás refiriendo.
    En líneas generales, estoy de acuerdo, pero es que no se podía esperar más de esta novela. Considerado las circunstancias, De la Iglesia sale airoso.
    Saludos.

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  5. Iván. A mí también me gusta Alex de la Iglesia. Pero esta no parece una película suya. Es cierto que el tipo tiene oficio y, dentro de todo, lo resuelve con cierta corrección. Pero no deja de ser una película demasiado fría, sin sustancia.

    JM. La película está ambientada en 1993. La novela, si no me equivoco, no da fechas, pero transcurre en un período más cercano (por el uso del mail, por ejemplo). Lo de anacrónico tiene que ver con que lo que se narra parece de otra época. La investigación de los crímenes está más emparentada con lo que hacían el Rouletabille de Leroux o el Dupin de Poe que con CSI. Es cierto que con la novela (bastante floja, me parece) como punto de partida no se podía esperar mucho más, pero al menos podrían haber asumido algún riesgo, ¿no?

    Saludos

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