Bafici 2011 (tercera entrega)

Recorridos


Un hombre de treinta y pocos emprende un viaje hacia el sur de España. Intenta seguir un recorrido que su abuelo, ya muerto, realizó en los años cuarenta, luego de la guerra civil que impuso a la dictadura franquista. Un camino mítico y misterioso, quizá improbable, acaso una leyenda. A diferencia de su primera película, El brau blau (2008), en la que no había diálogos, en La vida sublime (2010) Daniel Villamediana le otorga a la palabra, al relato oral, una importancia fundamental, que en algún punto la emparenta con Historias extraordinarias (2008). Un personaje dice que Sevilla, y no Jerusalem, es la auténtica ciudad santa; otro divaga sobre el anarquismo ("fue el cáncer de los republicanos", sentencia); el protagonista relata una antigua carta sobre una épica pelea de su abuelo y termina lanzando golpes al aire en soledad. Casi una apología de la ficción con forma de documental. En el final del camino el hombre de treinta y pocos habrá derribado un mito para volver a edificarlo [1].

Otro viaje, también por territorios ibéricos, es el que realizan los dos fantasmas de Finisterrae (2010). Sí, fantasmas, y en su apariencia más primitiva, infantil: una sábana blanca con dos agujeros como ojos. Luego de consultar al Oráculo salen a transitar el Camino de Santiago detrás de un deseo: alcanzar una vida, efímera pero real, en el mundo de los vivos. El recorrido, con un solo caballo como transporte y una manga de viento (anemoscopio, explica Wikipedia) como problemático GPS, es por demás delirante, por momentos desconcertante y hasta excesivo, con imágenes tan bellas como poderosas y los mitos griegos -cuándo no- como referencia más o menos difusa. Imposible además no pensar en los reyes magos de Albert Serra [2]. Pero en el final Sergio Caballero abandona la contemplación para transformar su fantasmal road movie en una suerte de fábula clásica. Es, hasta ahora, la sorpresa más agradable del festival.

También en la vieja Europa comienza el tercer recorrido, último de este post. Luego de un comienzo francamente espantoso, en el que se recrea de mala manera una carrera de caballos, la película se pone aún peor con la aparición de un hombre con un casco símil Power Rangers. Y cuando los títulos iniciales aventuran un desastre sin contemplaciones ocurre el milagro: Separado! (2010) cambia el registro y se transforma en un documental muy interesante en el que el extravagante músico galés Gruff Rhys sale en búsqueda de René Griffiths, un cantante de los setenta que, con poncho, guitarra y de a caballo, interpretaba un folclore bien argentino pero en galés. Todo indica que Griffiths vive en Chubut, donde los galeses se asentaron hace más de un siglo. Pero la búsqueda sirve de excusa para que la mirada curiosa de Rhys indague en múltiples cuestiones: la Conquista del Desierto (sin esquivar el rol de la comunidad galesa), la masacre de Trelew, la minería a cielo abierto y una larga lista de etcéteras. Aunque por momentos falta rigurosidad, la película termina siendo otra grata sorpresa. ■

[1] Es interesante leer la furibunda (como no podía ser de otra manera) discusión que se armó hace unos meses en La lectora provisoria, de la que participó hasta el propio director. Y también la crítica de Cristina Álvarez López en el sitio Transit.
[2] La gestación de la película fue bastante poco convencional. Y parece que su distribución en festivales generó el enojo del director de El cant dels ocells, según contó el crítico español Jaime Pena.

Bafici 2011 (segunda entrega)

El último ciudadano de la URSS [*]

Hace unos días Quintín planteó en su blog que un buen festival de cine como el que por estos días envuelve a la Ciudad aporta -visto completo, tarea por demás improbable- toda la información necesaria para un año. "No hace falta ni leer los diarios", exageró. Aunque disparatado, el planteo tiene su asidero. A 50 años de la llegada del hombre al espacio, que se cumplen hoy, el Bafici ofrece esta semana la posibilidad de ver en las condiciones adecuadas (una butaca frente a una pantalla inigualable, en la oscuridad profunda de una sala de cine) las que acaso sean las imágenes más impactantes del hombre más allá de los límites de la atmósfera.

Sergei Krikalev (centro) en 'Out of the Present'Out of the Present (1995), documental del rumano Andrei Ujica, registró las tribulaciones del cosmonauta soviético Sergei Krikalev, ingeniero de vuelo de la misión Soyuz TM-12, que entre mayo de 1991 y marzo de 1992 pasó 311 días, 20 horas y un minuto a bordo de la estación especial Mir. Como un náufrago espacial, observó la caída de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) desde 380 kilómetros de altura.

Con un certero cóctel de material de archivo e imágenes propias tomadas con la primera cámara de 35 milímetros que llegó al espacio, Ujica retrata la larga estadía de Krikalev, que vivió desde una inusual distancia cómo su ciudad natal (Leningrado) recuperaba su antiguo nombre (San Petersburgo), su país se desmoronaba y su bandera roja sumaba otros dos colores. Una estadía que transcurrió entre la preocupación por los cambios políticos, los obligados trabajos científicos, la incertidumbre sobre el regreso y los juegos infantiles en la levedad de la ingravidez. Todo registrado con la calidad que sólo el celuloide puede ofrecer y aderezado con referencias -a veces algo kitsch- a clásicos de la ciencia ficción espacial como 2001, una odisea del espacio (1968) y Solaris (1972).

Krikalev escaló el cielo cuatro veces más. En total pasó 803 días, 9 horas y 39 minutos de su vida en el espacio, más que ningún otro hombre. Pero hoy, a los 52 años, se lo recuerda sobre todo por ser el último ciudadano de la Unión Soviética. ■

[*] Versión brevemente más extensa de un artículo publicado hoy en el diario Clarín. En el marco del Bafici, que le dedica un foco a la obra de Andrei Ujica, Out of the Present se puede ver mañana a las 18.45 en el Hoyts Abasto y el viernes a las 21.45 en el Malba.

Bafici 2011 (primera entrega)


Dos películas del año pasado que se exhiben en este Bafici, muy diferentes entre sí, coinciden sin embargo en una gran canción. Tanto en la pretenciosa y artificiosa Attenberg, de Athina Rachel Tsangari, como en la delirante y muy libre Finisterrae, de Sergio Caballero, suena la poderosa Ghost Rider (1977), de Suicide. Quizá más adelante publique, en medio de esta cobertura dubitativa y algo perezosa, algunas líneas sobre las películas. Mientras tanto les ofrezco algo mejor: suban el volumen, presionen play y disfruten. ■

Los libros del Bafici 2011

Más libros de cine. Como todos los años, en el marco del Bafici se presentan libros editados especialmente para la nueva edición. Esta vez serán tres, todos muy interesantes y a un precio razonable: 30 pesos cada uno. Una novela "festivalera" del prolífico César Aira, otro sobre el estado de los géneros (que cuenta, de entrada nomás, con un gran texto de Kent Jones sobre la extraordinaria The Wire) y un tercero acerca de Kijû Yoshida, probablemente el primero que se edita en castellano sobre la obra del japonés.

Hay que apurarse a comprarlos porque si se agotan luego es difícil hallarlos. El siguiente es el detalle de cada uno y la fecha y el lugar donde serán presentados. El texto que acompaña pertenece a la gacetilla de prensa que distribuyó el festival.

Festival, de César Aira
Portada de 'Festival', de César AiraEl año pasado el escritor César Aira fue jurado del Bafici. "Vamos a ver qué novela escribe sobre el Bafici", comentó entonces uno de los programadores. Festival fue la respuesta, pero Aira toma aquella experiencia como materia prima para crear una novela que mira la vida interna de algún festival de cine de forma sorprendente. Ese mundo, absurdo, extraño, familiar, agresivo, cálido puede tener una base real, pero encuentra su perfecta energía, su forma más sólidamente salvaje en este libro.
- Se presenta mañana a las 18 en el shopping Abasto, con César Aira y Sergio Wolf, director del festival.


El cine y los géneros: conceptos mutantes
Portada de 'El cine y los géneros: conceptos mutantes'El Bafici intenta responder a una pregunta, precisamente, mutante. ¿Qué son los géneros hoy? Pero la pregunta produce, antes que certezas, teorías imprevisibles firmadas por nombres como Stephanie Zacharek, Quintín, Adrian Martin, Marcelo Panozzo, Scott Foundas, Diego Trerotola, Kent Jones, Jim Finn y Juan Villegas, entre otros. Y la única (y mutante) certeza es que el género, desde donde se lo mire, puede generar ideas nuevas, engreídas y anárquicas.
- El libro lo presentan Jaime Pena, Quintín, Marina Yuszczuk, Fernando Chiappussi y Juan Manuel Domínguez este viernes a las 18.30 en el shopping Abasto.


Kijû Yoshida: el cine como destrucción
Kijû Yoshida: el cine como destrucciónParte de la Nueva Ola Japonesa, Kijû Yoshida era hasta hace unos pocos años uno de los nombres menos conocidos y fundamentales de la historia del cine japonés. En este libro, una serie de críticos analizan la figura del director de Eros + Massacre, su importancia, su alteración a la concepción tradicional del cine, su fascinación con Ozu, su visión extremadamente sensible del mundo femenino. Además, el texto posee parte de la obra teórica de Yoshida, sus reflexiones sobre Buñuel, sobre Antonioni y sobre su propio cine.
- Se presenta el miércoles próximo a las 18.30 en el shopping Abasto. Estarán el propio Kijû Yoshida, Mariko Yoshida, Violeta Bava, Diego Brodersen y Juan Manuel Domínguez. ■

Todo el cine de Leonardo Favio, en un libro

Portada de 'La memoria de los ojos - Filmografía completa de Leonardo Favio'Mañana comienza el Bafici, pero antes no quería dejar de publicar -tardísimo aunque seguro al fin- unas líneas acerca de un muy interesante libro sobre Leonardo Favio, acaso el más grande cineasta nacional. Titulado La memoria de los ojos - Filmografía completa de Leonardo Favio, el prólogo es de Horacio González, fue editado por Martín Wain y tiene textos de Constanza Bertolini, José María Brindisi, Javier Firpo, Hernán Guerschuny, Mariano Kairuz, Paulo Pécora, Pablo Perantuono, Sebastián Ramos y el propio Wain.

El libro, que se vende en librerías a 130 pesos, cuenta con el aval de Favio, que brindó largamente su testimonio, y se pudo editar gracias a la colaboración de técnicos, actores y partícipes de las películas, como los fotógrafos Juan Carlos Villarreal y María Inés Teyssié, que ayudaron a reunir imágenes de enorme belleza y gran valor patrimonial, muchas de ellas inéditas. También aportaron fotografías el Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken, la Fundación Cinemateca Argentina y la familia Suárez Blaiotta, entre otros. ■