Consumos

– Algunos sostienen que en muchos casos los chicos reconocen primero algunos logos antes que varios conceptos, ¿esto podría llegar a formar una nueva forma de percepción del mundo?

- Es probable que estos objetos de deseo que uno acepta de hecho quizá porten una sensibilidad y sean una manera de pensar lo real. Los logotipos transnacionales son los grandes observadores, analistas y controladores de la vida cotidiana. No sé si llegan antes o después, pero siguen de cerca nuestras conductas y nuestros deseos.
Julián Gorodischer, autor del libro Orden de compra. Diarios de un comprador compulsivo (Editorial Marea), entrevistado por Patricio Barton en el diario Crítica.

El video que abre el post corresponde a los primeros segundos de Logorama (2009), cortometraje francés que a pesar de utilizar los logos de más de mil empresas no recibió ninguna demanda, como contó María en Espectadores. No sólo eso: algunas compañías hasta se lamentaron por no estar. Como no podía ser de otro modo, fue premiado en la reciente entrega de los Oscars. ■

Fue dicho

Hitchcock fue realmente para nosotros el caballito de batalla ideal de la política de autores: no era el guionista de sus films y había otros que hacían películas menos buenas con las mismas historias, lo que nos permitía demostrar que por lo tanto era el mejor director de cine del mundo. Y ser un autor de films equivalía a entrar en el panteón de los realizadores.
Eric Rohmer, en una entrevista realizada por Antoine de Baecque el 13 de junio de 2008 e incluida en el libro Hitchcock (1957), que Manantial edita por primera vez en castellano. El reportaje completo se puede leer en Página/12. ■

Cinematófilos, nominado a los premios BOBs

Premios The BOBs 2010Después de tanto post sobre nominaciones, Cinematófilos consiguió la suya: fue propuesto en la categoría Mejor Weblog en Español para los premios The BOBs 2010, un concurso internacional organizado por la cadena alemana Deutsche Welle. Compite con otros diez blogs en castellano, todos elegidos por un jurado especial. Se agradece mucho la nominación, aunque al leer la descripción que figura en la web del concurso surgen algunas dudas sobre los motivos que llevaron a la elección.

Desde aquí hasta el 14 de abril, el voto de los lectores podrán decidir quiénes serán los merecedores de los premios del público en las 17 categorías, mientras que en paralelo el jurado elegirá a sus ganadores. Si te parece que este blog merece tu aporte, votar te tomará apenas unos segundos. Sólo hace falta un nombre y un mail.

Primero tenés que seguir este enlace; al final de la página está la categoría Mejor Weblog en Español. En la barra de la derecha elegís con un click el blog que querés votar, como se ve en la siguiente captura.

Los nominados en la página de The BOBsLuego hacés click en "¡Mi voto para este blog!", llenás los campos con tu nombre y tu e-mail, tildás la casilla "He leído la letra chica" y completás el código que aparece en la imagen. Le das al botón enviar y listo. No hace falta votar en todas las categorías. El sistema no es complicado, aunque se podría haber implementado alguna alternativa más amigable.

Los ganadores se anunciarán el 15 de abril en Berlín, durante el encuentro re:publica 2010. ■

Sobre el Oscar a las películas extranjeras (tercera y última parte)

Anne Hathaway y Tom Sherak anunciaron las películas nominadas para el Oscar 2009
Como se vio en la anterior entrada de esta serie, la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Hollywood recibe cada año decenas de películas, de muy diversos orígenes y pretensiones, entre las que escoge a las cinco nominadas al Oscar a mejor film de habla no inglesa. Grandes obras fueron reconocidas con la estatuilla dorada, pero en las últimas tres décadas el nivel parece haber decaído, como si los márgenes de elección se hubieran encogido. ¿Cuáles son esos límites? O, en otras palabras, ¿qué está dispuesta a premiar la Academia? A continuación, un intento por trazar un perfil del gusto de Hollywood:
  • ¿Alguien se acuerda quién dirigió Kolya, el nombre de la esperanza, que se llevó el Oscar en 1996? ¿Y Viaje a la esperanza, que había ganado en 1990? La Academia suele premiar a directores desconocidos, algo que parece haberse acentuado en los últimos treinta años con la acumulación de ignotos de realizadores que, en muchos casos, se llevaron el premio por una película que ya nadie recuerda. Pero es bien sabido que Hollywood no es muy afecto a la teoría del autor y, menos aún, a su política. De hecho, una de las reglas especiales para el rubro mejor película de habla no inglesa dice que "la estatuilla de la Academia (Oscar) será otorgado al film y aceptado por el director en nombre de los talentos creativos de la película".

    Hubo algunas excepciones, claro. Se destacan dos: Ingmar Bergman (por Fanny y Alexander, en 1983) y Pedro Almodóvar (Todo sobre mi madre, en 1999). Entre los ganadores de algún Oscar en el rubro se podrían destacar además Ang Lee, Nikita Mikhalkov e István Szabó como realizadores con cierto prestigio. Y hubo otros nombres relevantes que no ganaron pero estuvieron nominados, como Aki Kaurismäki, Emir Kusturica, Ettore Scola, Bertrand Tavernier, Andrzej Wajda, Zhang Yimou. Sin embargo, se insiste: ¿alguien se acuerda quién dirigió Memorias de Antonia, ganadora en 1995? ¿Y quién fue el realizador de Indochina, que se llevó la estatuilla en 1992?
  • La Academia prefiere el fondo a la forma. Es decir, le importa mucho más lo que se cuenta que cómo se lo cuenta. Por eso puede premiar a películas como Mi nombre es Tsotsi o, peor aún, La vida es bella, que se meten con temas "importantes" (la posibilidad de redención, el Holocausto) de una forma cuanto menos discutible. Alcanza con que la historia se narre de manera más bien clásica, pulcra, con alguna pretensión esteticista de qualité y, de ser posible, que busque más la emoción que la reflexión. Para la Academia, el travelling no parece una cuestión moral sino apenas de buen gusto.
  • Y hablando de temas "importantes", esa es otra de las debilidades de Hollywood. Las películas premiadas suelen meterse con asuntos relevantes de modo consciente y premeditado, como advirtiéndole al espectador que no se trata de un film pasatista sino de cine-arte que va a echar luz sobre alguna de las grandes cuestiones de la Humanidad. En este sentido el nazismo y sus alrededores tiene todas las de ganar: desde 1980 hasta hoy al menos siete películas se metieron directa o indirectamente con el tema. Y si además se trata de una película de época las chances de alcanzar la estatuilla se multiplican: 22 de las últimas 29 ganadores narran, total o parcialmente, sucesos al menos diez años anteriores a la fecha de su estreno.
  • Estos temas "importantes" tampoco deben abordarse de cualquier manera. Lo ideal es que prime una mirada más bien tranquilizadora, que ubique fácilmente a los responsables y permita irse a dormir tranquilo, a lo sumo con un dejo de amargura pero sin grandes dudas. La Academia reclama más certezas que riesgos, algo que encontró en -por poner un ejemplo claro- En algún lugar de Africa.
  • Con todos estos asuntos, Hollywood se debe haber quedado sin tiempo para atender el surgimiento de los nuevos cines. Casi ni se enteró de la existencia de renovadoras camadas de directores en Argentina, Corea del Sur, Irán o Rumania, por citar algunos casos notables. Posibilidades tuvo, como se enumeró en el anterior post de esta serie.
Este somero perfil de las películas oscarizadas y orcarizables no quiere decir que todas las premiadas sean malas. Si, por ejemplo, se toma el período que va de 2001 (cuando Juan José Campanella recibió su anterior nominación por El hijo de la novia) hasta hoy se puede encontrar de todo: películas buenas (El último día, Mar adentro), otras mediocres o irrelevantes (En algún lugar de Africa, La vida de los otros, Los falsificadores) y otras malas o directamente pésimas (Las invasiones bárbaras, Mi nombre es Tsotsi, Final de partida). Pero todas encajan en mayor o menor medida con lo antedicho.

En este sentido es interesante el caso de El último día, que en 2001 se impuso sorpresivamente ante El hijo de la novia y la que era la gran favorita, Amélie. En su debut, Danis Tanovic realizó una buena película, con un guión ingenioso, bien narrado, que en un momento abandona la ecuanimidad inicial para tomar partido por los bosnios en la disputa con los serbios y que cuestiona el rol de las tropas de paz de la ONU. Pero deja un mensaje final de lo más convencional (la guerra es terrible) y, acaso deliberadamente, omite mencionar el rol de Estados Unidos. Una sátira refinada e inteligente pero en el fondo inofensiva, que en algún punto marca los límites de la Academia.


El debut de Michael Haneke

Pero este año hay una muy buena película entre las nominadas, que en caso de resultar premiada sería la mejor ganadora del Oscar a película extranjera en mucho tiempo, y la primera ganadora de la Palma de Oro de Cannes en ser premiada por la Academia en 22 años. Un film ambiguo, inteligente, que propone más preguntas que respuestas y resulta inquietante. ¿Qué hace una película de Michael Haneke entre las cinco nominadas? ¿Por qué deciden reconocer el trabajo de uno de los realizadores más lúcidos y menos concesivos de los últimos veinte años?

Hasta ahora Austria había enviado tres películas [1] de Haneke a competir por el Oscar: su ópera prima, El séptimo continente, en 1990; Benny's Video en 1992; y La profesora de piano en 2001. Ninguna fue nominada. Ahora La cinta blanca, enviada por Alemania, consiguió estar entre las cinco finalistas. Probablemente porque se trata de una de sus películas más clásicas y accesibles (aunque sigue estando lejos del clasicismo y la complacencia), porque se mete con un tema casi irresistible para Hollywood (el surgimiento del nazismo) y porque, por primera vez, ambienta la acción en el pasado (una comunidad protestante alemana poco antes del comienzo de la Primera Guerra Mundial). Por otro lado, si un director reconocido se lleva la estatuilla podría devolverle al Oscar parte del prestigio perdido.

Pero además de estas cuestiones formales hay otra que puede explicar la nominación. En una mirada superficial sobre La cinta blanca, es sencillo y tranquilizador creer que, bueno, esos padres represores y poco cariñosos fueron los culpables del surgimiento del nazismo. Pero es bastante más complejo y angustiante, por lo ambiguo, pensar en una conexión entre aquella sociedad patriarcal que muestra la película y el presente. El cine del alemán, poco concesivo, suele abrumar con preguntas y no ofrece esas certezas que tanto le agradan a la Academia.

En su crítica de Los falsificadores publicada en el número 193 de la revista El Amante (junio de 2008), Eduardo Rojas escribió: "En este tipo de historias, por más autobiográfica que sea su base, los más o menos buenos siempre ganan y sólo queda apostar por quién de los malos zafará mediante engaños propios de su condición y cuáles de sus víctimas morirán. Este cine está en las antípodas del de Haneke, un dedo revuelto en el trasero culposo de la conciencia alemana y europea en general. Pero Haneke, apostamos como Sorowitsch (N del R: el protagonista de la película), nunca ganará un Oscar". Pase lo que pase mañana en Los Angeles, Rojas no se habrá equivocado. ■

[1] También envió Caché - Escondido en 2005, pero fue descalificada porque la Academia consideró que la película era más francesa que austriaca. Se trata de una dificultad cada vez más presente, como explica Diego Faraone en Denmen celuloide, aunque probablemente no incida en la calidad de la premiación.

Entradas relacionadas
> Sobre el Oscar a las películas extranjeras (primera parte)
> Sobre el Oscar a las películas extranjeras (segunda parte)

Sobre el Oscar a las películas extranjeras (segunda parte)

Jérémie Renier y Déborah François en 'El niño', de los hermanos Dardenne
En Costa Rica se produjeron más películas entre 2001 y 2007 que en todo el siglo XX. "Para un convenio entre el Centro de Cine y el Instituto Costarricense de Turismo, logré convencer al ministro de entonces, con el argumento de que 'si algún día ganáramos un Oscar' el mundo entero pondría los ojos en nosotros, como lo hacía cuando llegábamos al Mundial", contó María Lourdes Cortés en su libro Luz en la pantalla - Cine, video y animación en Costa Rica. La única vez que los ticos enviaron una película a competir por el Oscar fue en 2005: Caribe, dirigida por Esteban Ramírez y protagonizada por Jorge Perugorría, no alcanzó a estar entre las nominadas.

El Oscar a la mejor película extranjera puede ser considerado, además de un premio cinematográfico, como la posibilidad de darle trascendencia a un país, de que el mundo pose sus ojos en él aunque más no sea durante algunas semanas de marzo. Galardón adorado por muchos y odiado por otros tantos pero atendido por casi todos, incluso potencias políticas, económicas y cinematográficas como Alemania, Francia o Italia envían cada año sus películas con la ilusión de que obtengan la codiciada estatuilla.

Ahora bien, ¿qué películas decide enviar cada país a competir por el Oscar? ¿Mandan lo que consideran mejor o lo que creen que será del gusto de la Academia? Grandes nombres han ganado alguna vez el galardón. En orden alfabético, y por nombrar sólo algunos, quizá los más notables [1]: Akira Kurosawa (1951, 1975), Federico Fellini (1956, 1957, 1963, 1974), François Truffaut (1973), Ingmar Bergman (1960, 1961, 1983), Jacques Tati (1958), Luis Buñuel (1972), Pedro Almodóvar (1999), René Clément (1950, 1952), Vittorio De Sica (1947, 1949, 1964, 1971).

Pero también otros grandes directores tuvieron la chance a partir de 1956, cuando la categoría se hizo competitiva, y la Academia los ignoró. Es decir, sus películas fueron enviadas pero no quedaron entre las cinco nominadas. A continuación, algunos casos notables:
  • Los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne tuvieron tres posibilidades en la competencia por el Oscar, en dos casos con películas que habían ganado la Palma de Oro en Cannes [2]. Bélgica mandó Rosetta en 1999, El hijo en 2002 y El niño en 2005, y ninguna fue nominada.
  • Win Wenders y Werner Herzog compitieron dos veces cada uno por el Oscar a mejor película extranjera. El primero con El amigo americano (1977) y Las alas del deseo (1987); el segundo con El enigma de Gaspar Hauser (1975) y Fitzcarraldo (1982). Ninguna de las cuatro películas llegó a estar entre las cinco finalistas, pero curiosamente ambos recibieron varios años después nominaciones en la categoría mejor documental [3].
  • Polonia envió tres películas de Krzysztof Kieslowski, siempre sin suerte: Una película de amor en 1988, La doble vida de Verónica en 1991 y Blanc en 1994. Rouge consiguió tres nominaciones a los Oscar en 1994, aunque no como película extranjera: fueron por mejor dirección, guión original y fotografía.
Hay varios ejemplos más de directores importantes que tuvieron más de una chance de pelear por el Oscar y fueron ignorados por la Academia (Hou Hsiao-hsien, Lee Chang-dong, Leonardo Favio, Pen-ek Ratanaruang, Roy Andersson, Tsai Ming-liang), pero tampoco es cuestión de aburrir con tanto dato. Es decir que son pocos, alrededor de una docena, los nombres importantes del cine actual que jamás tuvieron la posibilidad de competir por la estatuilla [4].

En 2005, el año de Caribe, 63 países enviaron películas a competir por el Oscar. Argentina se decidió por El aura, de Fabián Bielinsky; Canadá mandó C.R.A.Z.Y., de Jean-Marc Vallée; Taiwan compitió con La nube errante, de Tsai Ming-liang; Bélgica, ya se dijo, insistió con los Dardenne. Pero la Academia eligió premiar a Mi nombre es Tsotsi, una película que de Sudáfrica sólo tenía el idioma, dirigida por el desconocido Gavin Hood que, previsiblemente, terminó trabajando en Hollywood.

Los datos demuestran que la Academia recibe cada año todo tipo de películas, y no sólo las que se sospecha que puede ser de su agrado. Así que su decisión está menos limitada de lo podía pensarse a priori. Entonces, ¿por qué elije lo que elije? ¿Hay un gusto definido, o las decisiones son demasiado eclécticas? Las posibles respuestas quedan pendientes para la próxima y última entrega de esta serie, donde además se analizará el caso de un gran autor que este domingo podría recibir un Oscar. ■

[1] Como se sabe, en la ceremonia de entrega de los Oscar se premia a las producciones del año anterior. Este domingo, por ejemplo, serán distinguidas las mejores películas de 2009. Por eso, cada vez que en esta entrada aparece el año de un film se trata del momento en que fue realizado, y no del año en el que se llevó a cabo la premiación.
[2] Sólo cinco directores ganaron dos veces la Palma de Oro en Cannes. Además de los Dardenne lo hicieron Bille August, Shohei Imamura, Emir Kusturica y Francis Ford Coppola. Dejando de lado al realizador estadounidense, todos los demás tuvieron la posibilidad de competir por el Oscar a mejor película extranjera. Sólo uno lo ganó: August con Pelle, el conquistador, en 1988. Kustutica estuvo nominado en 1985 con Papá salió en viaje de negocios, que perdió ante La historia oficial, de Luis Puenzo.
[3] Wender fue nominado en 2000 por su documental Buena Vista Social Club, y Herzog en 2009 por Encounters at the End of the World.
[4] Una lista de directores importantes del dice actual que jamás tuvieron posibilidad de competir por el Oscar a mejor película extranjera podría incluir a Apichatpong Weerasethakul, Béla Tarr, Claire Denis, Hong Sang-soo, Lisandro Alonso, Lucrecia Martel, Otar Iosseliani, Park Chan-wook, Šarunas Bartas y Takeshi Kitano.

Entradas relacionadas
> Sobre el Oscar a las películas extranjeras (primera parte)
> Sobre el Oscar a las películas extranjeras (tercera y última parte)

Sobre el Oscar a las películas extranjeras (primera parte)

Max von Sydow y Pelle Hvenegaard en 'Pelle, el conquistador', de Bille August
La primera vez que Francia e Italia no consiguieron una nominación a los premios Oscar en la categoría mejor película de habla no inglesa fue en 1961. Quedaron afuera de la competencia por la dorada estatuilla al enviar films que, de algún modo, ponían en tensión el modelo narrativo imperante: El año pasado en Marienbad (L'Année dernière à Marienbad), de Alain Resnais, y La noche (La notte), de Michelangelo Antonioni, respectivamente [1]. Curiosamente, ambas películas habían triunfado en dos de los festivales de cine más prestigiosos del mundo: la francesa ganó el León de Oro en Venecia y la italiana, el Oso de Oro en Berlín.

No son muchas las películas que han logrado el Oscar y el premio mayor en alguno de los tres grandes festivales, Venecia, Berlín y Cannes. Desde que se implementó el galardón a mejor película de habla no inglesa en 1947 (primero como premio especial y luego, desde 1956, como categoría competitiva) hubo apenas ocho coincidencias, la última hace 22 años. A continuación, el detalle [2]:
  • Rashomon, de Akira Kurosawa
    Oscar y León de Oro (Venecia, jurado presidido por Mario Gromo) en 1951.
  • Juegos prohibidos (Jeux interdits), de René Clément
    Oscar y León de Oro (Venecia, jurado presidido por Mario Gromo) en 1952.
  • La puerta del infierno (Jigokumon), de Teinosuke Kinugasa
    Oscar y Palma de Oro (Cannes, jurado presidido por Jean Cocteau) en 1954.
  • Orfeo negro (Orfeu Negro), de Marcel Camus
    Oscar y Palma de Oro (Cannes, jurado presidido por Marcel Achard) en 1959.
  • Un hombre y una mujer (Un homme et une femme), de Claude Lelouch
    Oscar y Palma de Oro (Cannes, jurado presidido por Sophia Loren) en 1966.
  • El jardín de los Finzi Contini (Il giardino dei Finzi-Contini), de Vittorio De Sica
    Oscar y Oso de Oro (Berlín, jurado presidido por Bjørn Rasmussen) en 1971.
  • El tambor (Die Blechtrommel), de Volker Schlöndorff
    Oscar y Palma de Oro (Cannes, jurado presidido por Françoise Sagan) en 1979.
  • Pelle, el conquistador (Pelle erobreren), de Bille August
    Oscar y Palma de Oro (Cannes, jurado presidido por Ettore Scola) en 1988.
Aparecen algunas coincidencias más si la lista se amplía a las películas extranjeras nominadas al Oscar. Si se incluye la próxima ceremonia, que se realizará este domingo en Los Angeles, fueron 15 en total [3]. No es tanto si se tiene en cuenta que 267 films no estadounidenses estuvieron nominados o ganaron un Oscar desde 1947, aunque vale aclarar que no siempre la obra premiada en un festival importante es enviada luego por su país a competir por la estatuilla de la Academia.

Por otro lado, está claro que no es lo mismo una entrega de premios que un festival. En el caso de los Oscar votan casi 6 mil miembros de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Hollywood, que representan todas las ramas de la industria y eligen entre los films que cada país decide enviar a competir. En un festival, en cambio, un jurado especial de alrededor de diez personas (nunca las mismas) debe decidir entre un grupo reducido de películas preseleccionadas.

Habría que analizar, entonces, qué películas decidió enviar cada país para competir por el Oscar y qué suerte corrieron. ¿Hay tantas diferencias entre el cine que elige Hollywood y el que circula por los festivales? ¿Qué aspectos tiene en cuenta la Academia para premiar a una película extranjera? ¿Se puede advertir una continuidad ética y estética en sus elecciones? ¿Los países envían lo que creen mejor o lo que sospechan que será del gusto estadounidense? Las respuestas a estas y otras preguntas se abordarán en una próxima entrada. ■

[1] El film de Resnais consiguió, de todos modos, una nominación por guión original en 1963, luego de su estreno en Estados Unidos.
[2] A la lista se pueden sumar un caso especial: El viaje de Chihiro (Sen to Chihiro no kamikakushi), de Hayao Miyazaki, obtuvo en 2002 el Oscar a mejor largometraje animado y el Oso de Oro de Berlín (jurado presidido por Mira Nair). Y en cuatro oportunidades (1945, 1948, 1955 y 1988) films estadounidenses o ingleses que ganaron el premio de la Academia como mejor película habían sido distinguidos en alguno de los tres grandes festivales. Pero lo que aquí se intenta analizar es cómo Hollywood mira al cine del resto del mundo, y no cómo se mira a sí mismo.
[3] La lista completa se puede descargar en formato *.doc desde aquí. En 1959, 1966, 1993 y 2009 hubo dos ganadores del premio mayor de alguno de los tres grandes festivales entre las cinco nominadas al Oscar como película extranjera.

Entradas relacionadas
> Sobre el Oscar a las películas extranjeras (segunda parte)
> Sobre el Oscar a las películas extranjeras (tercera y última parte)