Sobre el periodismo

'Bucarest 12.08', de Corneliu Porumboiu
Todo periodista que no sea demasiado estúpido o demasiado engreído para no advertir lo que entraña su actividad sabe que lo que hace es moralmente indefendible. El periodista es una especie de hombre de confianza, que explota la vanidad, la ignorancia o la soledad de las personas, que se gana la confianza de éstas para luego traicionarlas sin remordimiento alguno. Lo mismo que la crédula viuda que un día se despierta para comprobar que se ha marchado el joven encantador con todos sus ahorros, el que accedió a ser entrevistado aprende su dura lección cuando aparece el artículo o el libro. Los periodistas justifican su traición de varias maneras según sus temperamentos. Los más pomposos hablan de libertad de expresión y dicen que "el público tiene derecho a saber"; los menos talentosos hablan sobre el arte y los más decentes murmuran algo sobre ganarse la vida.
Primer párrafo del libro El periodista y el asesino, de Janet Malcolm, editado en castellano en 1991 por Gedisa. La imagen pertenece a Bucarest 12.08 (2006), genial película del rumano Corneliu Porumboiu que, entre otras cosas, es una feroz mirada sobre el periodismo. ■

4 comentarios:

  1. Adhiero a la recomendación por partida doble. Casualmente, hace dos años cité el principio del mismo párrafo para celebrar el Día del Periodista.
    Me alegra que Cinematófilos se actualice nuevamente, Andrés. Un saludo.

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  2. una duda:
    el perro de wendy and lucy es el mismo de old joy?
    el mismo perro familiar , para cotidianos perdidos'

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  3. cortita y al pie; "El periodismo es libre o es una farsa" Rodolfo Walsh.

    PD: Que mierda hace la propagandoa de Samuel “Chiche” Gelblung en el blog

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  4. Leox, no ví Old Joy pero seguramente se trate del mismo, es el perro de Kelly Reichardt.

    Andrés, gran película y gran cita. Ahora, un comunicador institucional no tiene una ética de trasfondo, solo escoge la mejor forma de decir lo que la empresa para la cual trabaja quiere que diga. Por ejemplo, los comunicados de British Petroleum en el desastre de la plataforma marina. ¿Qué diferencia a un periodísta de un gran medio de un comunicador institucional? ¿Acaso no hay una empresa detrás diciéndole lo que debe decir y este solo da forma a ese mensaje? Además, no se trata de un problema actual, solo basta leer como los medios porteños "cubrían" las huelgas patagónicas o como los historiadores construyeron la imagen de los caudillos federales (Artigas, Guemes, López, etc)

    Me alegra Cinematófilos se haya quitado el respirador artificial, se lo extrañaba.

    Patocas

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